Comencé a trabajar en Lufthansa a mitades de los 80’s. En ese entonces sólo existían las tres cabinas: la Primera, la Ejecutiva y la Turista. En esta última había dos tipos de tarifas: la de un año y la de excursión de mínimo 7 días, máximo 45 días de estancia.
Las herramientas para comunicarnos con otras oficinas de la aerolínea, e incluso con otras aerolíneas, era a través del Telex y mensajes de SITA tipo B. Había un formato y protocolo específico para escribir éstos (esto fue antes de que llegara el Internet).
Los agentes de viajes utilizaban un librito publicado (Time Table) por la aerolìnea para verificar vuelos, fechas y horarios. Llamaban a la aerolìnea para hacer la reserva. Si tenían la placa respectiva (permiso para emitir boletos), podían emitir los boletos – escritos a mano – o solicitar a la aerolínea que los hiciera.
Los pasajeros particulares también tenían acceso a estos libritos o folletos y acudían directamente a la aerolínea a comprar sus boletos.
Para viajes redondos ya había tarifas publicadas. Si alguien requería de un trayecto más complejo, como un viaje circular visitando varias ciudades o incluso un viaje alrededor del mundo, los agentes de reservas de la aerolínea calculaban las respectivas tarifas utilizando varios manuales y libros donde venían todos los elementos necesarios para armar éstas (tarifa por ruta o millaje, en este último caso el millaje permitido, recargos para salir de una ruta, las diferentes reglamentaciones, especificaciones SITI, SITO, SOTI, SOTO y otros. Algunos de estos elementos dejaron de ser relevantes al tener Internet. Por ejemplo, había una reglamentación cuando una persona en México compraba un boleto para un familiar viajando de Buenos Aires a Sydney; este boleto, debido a la reglamentación en ese momento, salía más caro comparlo en México que directo en Argentina.
Recuerdo que en el departmento de reservaciones nos comunicábamos con los pasajeros o con las agencias para reconfirmar que fueran a viajar y anotábamos en la reserva en nuestro sistema interno que el pasajero sí viajaba sin anotar más nada, ni número de boleto.
Años más adelante, trabajé en el departamento de Inventario (es la logística detrás de la disponibilidad de clases a vender) en Frankfort, Alemania. Me tocó hacer las pruebas para la expansión a 6 tarifas dentro de las tres cabinas existentes. Muy pronto ya habría 26 clases en las 3 cabinas. ¿Qué significa tener las 26 letras del alfabeto? Significa 26 o más tarifas diferentes. Según el mercado pueden tener diferentes especificaciones, por ejemplo, diferente mínima o máxima estancia, cambios permitidos con o sin penalización, pre-compras y otras condiciones.
En esos años, al volar, la comida y bebida eran gratis. En Lufthansa, en ese entonces, podía uno llevar 2 maletas gratis de México a Frankfurt u otro destino final.
En una próxima publicación, les seguiré platicando más sobre esta experiencia.