Génova – Genua – Ginebra – Genève – Genf – Geneva

¿Es el mismo lugar? ¿Dónde queda? ¿En Italia o Suiza? ¡Cuánta gente ha viajado a la ciudad incorrecta!

En esta ocasión les hablaré de Génova, ubicada en la región de Liguria, Italia.

Mi hermano y mi cuñada me visitaron durante mi estancia de un poco más de 3 años en la Costa Azul, Francia.

El viernes en la tarde decidimos ir a Génova, una ciudad portuaria e industrial que también tiene su lado histórico, a unos 220 km de mi casa, para pasar la noche ahí. Es una ciudad que, cada vez que cruza uno la frontera para ir a Milán, Florencia o la Costa Adriática, pasa uno rodeándola por la carretera.

El sábado salimos tarde, casi a medio día, por lo que nos llevamos un tentenpie.

En la carretera íbamos los tres atentos a las señalizaciones para entrar a la ciudad y lo logramos. Éramos 3 pares de ojos y no logramos ver en dónde estacionarnos, ni en la calle, ni en los estacionamientos públicos; de repente oh sorpresa, el camino ya nos llevaba de vuelta a la carretera a Francia.

Retomamos el camino y volvimos a la carretera que nos lleva a Francia. Estábamos algo inquietos. Mi coche era un Micra y mi hermano, sentado detrás de mí, encajaba sus rodillas en mi espalda por los nervios.

Bueno, tercer intento. Ya en el centro encontramos un lugar donde parar temporalmente para ubicarnos, y vimos un estacionamiento público al aire libre. Para entrar había una fila de como 5 carros y decidimos incorporarnos. Para entrar al estacionamiento público primero debía salir del lugar donde nos habíamos parado, en teoría nada difícil, pero en Italia, principalmente en Génova (o eso me pareció) había lo que parecía un ejército de vespas con adolescente al volante – o de avispas, eso parecían por el sonido y el movimiento excesivamente rápido – y tardé un buen rato en poder salir en reversa para retomar la calle y dirigirme al estacionamiento.

Toda esta aventura de manejar en Génova nos había costado más o menos unas 2 horas. Cuando finalmente pudimos bajar del coche estábamos agotados y hambrientos. Decidimos buscar un hotel donde quedarnos, así que buscamos en un directorio de hoteles que llevaba conmigo. Hicimos un par de llamadas y nos decidimos por el Hotel Bristol Palace que se encontraba cerca (creo que mi voto se debió a que contaba con valet parking, yo ya no quería estar un minuto más sentada en el coche buscando dónde dejarlo).

Nos gustó el Bristol Palace, de estilo clásico y con una escalera de caracol genuinamente impresionante.

Cenamos y nos dormimos temprano.

En la mañana, con tal de que yo siguiera siendo la chofer del viaje, me tocó bañarme al último.

Después del desayuno nos fuimos a caminar. Pasamos por la Piazza De Ferrari. Fuimos a la Catedral (dedicada a San Lorenzo); me gustó mucho su fachada, de franjas de mármol blanco y negro con tres portales góticos monumentales.

Continuamos caminando y pasamos por la Piazza Dante, luego llegamos a una casa donde se dice que nació Cristóbal Colón.

Al poco rato decidimos volver a tomar la carretera para volver a Francia. Fue interesante haber conocido Génova, le había podido poner un “rostro” a la ciudad.

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