Curso de tres días.

Mi herramienta favorita en Amadeus.  Gracias a ella dominé bastante bien la arquitectura básica del sistema.

Mi audiencia: técnicos de países del norte de África.  Se sentaron adelante.  El primero, un hombre cincuentón, de cabello gris, hablaba inglés y el otro, en sus veintes, de cabello negro, no lo hablaba.  Trabajaron en equipo.  El joven no me quitaba la mirada de encima, a donde fuera, sus ojos me seguían. 

Receso para comer.

Al volver supe que se había dormido.  En vez de seguirme con sus ojos a donde caminara, su vista estaba fija justo debajo del pizarrón.

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